Los números ordinales son los que indican orden. En lugar de cuantificar ―como los cardinales―, identifican al elemento al que se refieren por la posición que ocupa dentro una serie ordenada.
Su escritura presenta ciertas dificultades. Los tres primeros son de uso común, y del cuatro al ocho coinciden con los números fraccionarios (o partitivos), que expresan la división de un todo en partes iguales. El problema surge del once en adelante: es frecuente el uso incorrecto del fraccionario en lugar del ordinal correspondiente.
Algunas normas sobre su escritura son:
1. No se puede utilizar el fraccionario para indicar orden.
2. Los ordinales primero y tercero y todos los compuestos que llevan estos elementos se apocopan cuando preceden a un sustantivo masculino: primer y tercer.
3. Los ordinales correspondientes al once y al doce presentan dos formas: una forma culta, la tradicional, undécimo y duodécimo, y otra más reciente y sencilla, decimoprimero y decimosegundo, formada por analogía con el resto.
4. Los ordinales simples, que tienen forma propia, son los diez primeros, las decenas y las centenas.
5. Los ordinales compuestos se forman por fusión de los anteriores. Se pueden escribir en una o dos palabras. Para los de la primera y segunda decena se prefiere la primera escritura; para los de la tercera decena en adelante, la segunda.
6. Cuando se escriben en una sola palabra, solo el segundo componente se acentúa y concuerda en género y número con el sustantivo. Si se escriben en dos palabras, ambos elementos mantienen la tilde que les corresponde como palabras independientes, y ambos deben concordar en género y número con el sustantivo al que acompañan.
7. Si se escriben en número, se debe colocar un punto entre la cifra y la voladita.
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